El 8 de diciembre celebramos la festividad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta surge de la
creencia católica que sostiene que Dios preservó que fuera concebida libre de todo pecado,
diferenciándose así de cualquier otro ser humano, ya que se nos transmitió el pecado original al
ser descendientes de Adán y Eva.
A lo largo de la historia, en nuestro país, ha ido adquiriendo importancia este dogma, aunque no se declaró como tal hasta el año 1864.
En el año 653, durante la época visigoda, el rey Wamba ostentaba el título de ‘’defensor de la Purísima Concepción de María’’ abriendo de esta manera una línea de fieles devotos entre los reyes españoles.
Durante el reinado de Carlos III se creó una orden en su nombre, denominada Orden de Carlos III y la declaró patrona de sus estados.
Durante el siglo XIV existen referencias de cofradías en honor a la Inmaculada, pero no es hasta el siglo XVI donde se revitalizará este fervor con numerosas cofradías constituidas bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de María, dichas hermandades estaban dedicadas a la labores caritativas y a la asistencia social.
Desde el año 1644 la fiesta de la Inmaculada fue declarada ‘’Fiesta de Guardar’’ en todos los reinos católicos, y desde 1708 bajo orden del pontífice Clemente XI, se declaró ‘’Fiesta de guardar’’ en toda la Iglesia Católica.
España celebra a la Inmaculada como Patrona y protectora desde 1644, por eso, el 8 de diciembre es festivo nacional.
Además de ello, la Inmaculada Concepción es la Patrona de la Infantería Española y de la Guardia Civil, teniendo su origen en el llamado ‘’Milagro de Empel’’ durante las guerras de Flandes de 1585.
Esta festividad se lleva a cabo el día 8 de diciembre porque la Iglesia Católica celebra la festividad de la natividad de la Virgen el día 8 de septiembre, por lo que María sería concebida 9 meses antes en el seno de su madre.
Aunque en España se celebrase desde 1644 como hemos dicho, no es hasta 1864 cuando el Vaticano, durante el pontificado de Pio IX, promulgó un documento llamado Ineffabilis Deus, en el que estableció que el alma de María, en el momento en que fue creada, estaba adornada con la gracia santificante.
En la capital, numerosas cofradías celebran cultos en honor a sus titulares marianas con motivo de esta festividad.
Antonio Sánchez Urbano
A lo largo de la historia, en nuestro país, ha ido adquiriendo importancia este dogma, aunque no se declaró como tal hasta el año 1864.
En el año 653, durante la época visigoda, el rey Wamba ostentaba el título de ‘’defensor de la Purísima Concepción de María’’ abriendo de esta manera una línea de fieles devotos entre los reyes españoles.
Durante el reinado de Carlos III se creó una orden en su nombre, denominada Orden de Carlos III y la declaró patrona de sus estados.
Durante el siglo XIV existen referencias de cofradías en honor a la Inmaculada, pero no es hasta el siglo XVI donde se revitalizará este fervor con numerosas cofradías constituidas bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de María, dichas hermandades estaban dedicadas a la labores caritativas y a la asistencia social.
Desde el año 1644 la fiesta de la Inmaculada fue declarada ‘’Fiesta de Guardar’’ en todos los reinos católicos, y desde 1708 bajo orden del pontífice Clemente XI, se declaró ‘’Fiesta de guardar’’ en toda la Iglesia Católica.
España celebra a la Inmaculada como Patrona y protectora desde 1644, por eso, el 8 de diciembre es festivo nacional.
Además de ello, la Inmaculada Concepción es la Patrona de la Infantería Española y de la Guardia Civil, teniendo su origen en el llamado ‘’Milagro de Empel’’ durante las guerras de Flandes de 1585.
Esta festividad se lleva a cabo el día 8 de diciembre porque la Iglesia Católica celebra la festividad de la natividad de la Virgen el día 8 de septiembre, por lo que María sería concebida 9 meses antes en el seno de su madre.
Aunque en España se celebrase desde 1644 como hemos dicho, no es hasta 1864 cuando el Vaticano, durante el pontificado de Pio IX, promulgó un documento llamado Ineffabilis Deus, en el que estableció que el alma de María, en el momento en que fue creada, estaba adornada con la gracia santificante.
En la capital, numerosas cofradías celebran cultos en honor a sus titulares marianas con motivo de esta festividad.
Antonio Sánchez Urbano
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