María,Madre del Cielo, Madre de todas nuestras almas, de nuestras alegrías, de nuestras penas, de nuestras vidas... Protege siempre a tus hijos, los que bajo tu advocación de Encarnación y Esperanza, confiamos en ti, en tu protección y bendición, y a los que añoramos una de esas miradas tuyas con las que bendices al Mundo entero.
Danos la fuerza suficiente para que por medio de tu Hijo, al que acabas de encarnar en tu vientre, recibamos la Esperanza divina que nos mantenga en el camino de la fe.
Virgen de la Encarnación, ruega por nosotros...
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